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miércoles, 23 de marzo de 2011

23 de marzo de 2011.

No espero ya nada de nadie, si algo he aprendido en lo que llevo de vida es que vienes y te vas igual: sin nada y sin nadie. Por eso, poco a poco voy aprendiendo a dar sin esperar nada a cambio, porque sinceramente no creo que nadie me vaya a dar nada, tan sólo unas pocas personas, pero las suficientes. De lo que sí que he conseguido darme cuenta en los quince años de vida -casi dieciséis- es que por poco que parezca que te pueda dar la gente, es lo suficiente como para poder morir feliz, como para llevarte algo bueno de este mundo, algo que haga ver que merece la pena haber vivido lo que has vivido, haber sufrido cuando tocó y por haber sabido ser feliz cuando podías. Lo malo tiene cosas buenas, y lo bueno, a la vez cosas malas. ¿Cómo saber si algo es bueno o no? ¿Cómo va? ¿Lo que te hace feliz es bueno y lo que te hace sentir triste es malo? ¿por qué? yo no creo eso. No hay un medidor que te diga que algo es bueno o malo, no se puede medir ni por colores, ni por litros, ni gramos, ni por balances.. Una cosa es buena o mala depende el punto de vista de cada persona. Asi que no digas que tu vida es buena o mala, porque para lo que a tí te puede parecer mala, a otra persona le encantaría vivirla. Lo único que puedo decir, es que sea como sea tu vida, vívela con ganas porque nadie más la vivirá por tí. Por mucho que te parezca que sea absurdo hacer algo, hazlo, porque nadie lo hará por tí. Tú te montas tu vida como quieres, tú la estropeas, la arreglas, la desmontas y la pegas, sólo tú la VIVES.







Filosofía de vida, amigos.

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